COMUNICACIÓN

Julio 2024
Los primeros pobladores fueron los finqueros que se vinieron de las zonas rurales, un lote valía desde 100 hasta 500 pesos; en ese entonces no había electricidad, las familias se alumbraban con lámparas de petróleo, espermas o velas de cebo. Tampoco había acueducto, cogían el agua de la quebrada la Tauramenera.
En el centro de ese lugar había un terreno grande que utilizaron como “parque”, ahí todos los domingos llegaban los campesinos a vender o a intercambiar sus productos. Los caballos se amarraban y los llaneros bebían guarapo mientras las campanas de la iglesia sonaban a las 10:00 a.m. Era un punto de efervescencia popular y el inicio de un intercambio cultural y económico muy importante para la región.
Todos se saludaban con todos, era raro encontrar problemas, pues la amabilidad y la sencillez siempre han hecho parte de Tauramena. La formalización del comercio inició con don Uriel Ruiz, quien abrió una pequeña tienda frente al parque que hasta hace unos años existió.
Una de las primeras casas del barrio fue la de Don Ignacio Torres, aunque primero había sido un cuartel por allá en los años 50; más tarde sería un hotel y luego una cantina. Actualmente es de nuevo un hotel, con algunas remodelaciones hechas aún conserva su diseño y estructura, la edificación sigue alojando la historia de Tauramena. Esta casa representa un patrimonio histórico muy valioso para el municipio. En El Centro quedan algunas casas con tejas de barro y paredes de tapia, ventanas y puertas con diseños antiguos, pisos de tierra con ese olor a humedad que tantas añoranzas nos despierta.
Hoy en día El Centro representa la vida social del municipio: una iglesia hermosa y remodelada, dos parques grandes y coloridos, un centro administrativo moderno En El Centro se encuentra “de todo” y si no lo consigue, seguramente alguien le ayuda a conseguirlo; este es un espacio de convivencia, un escenario pujante y repleto de historias.
El vendedor de patilla, la señora de los mangos, el señor de los raspados; la típica panadería que en las mañanas deja escapar ese olorcillo a pan recién horneado; el sonido de las campanas de la iglesia, los niños en el saltarín del parque y los ancianos tomando tinto recién hecho. Eso es El Centro: un barrio donde viven nuestras historias. El primer barrio que se fundó y el más grande de Tauramena, el lugar que reúne en las tardes a los que tenemos el privilegio de vivir en este casco de El Llano…