COMUNICACIÓN

Julio 2024
A sus 18 años mientras prestaba servicio militar tuvo un accidente: se cayó de un caballo y desde ahí le atribuyen su “loquera”, aunque nunca tuvo un diagnóstico que confirmara alguna enfermedad mental. Muchas personas que convivieron con él afirman que cuando Ucadio quería se comportaba como una persona cuerda y normal; para algunos era “loco”, para otros no. Esta particular forma de ser hacía parte de su personalidad. Era un ser extrovertido, alegre, espontaneo, gracioso.
Nunca tuvo esposa ni hijos, su única familia fue su madre con quien vivió toda la vida y sus hermanos; trabajaba con ganado y les ayudaba a los finqueros. El gremio ganadero y los carniceros del pueblo le tenían un gran aprecio y lo describen como un buen trabajador y un buen amigo.

Recorría las calles de Tauramena en “su caballo”, que en realidad era una bicicleta. Enlazaba a algunas mujeres con las que se topaba, en ocasiones era grosero y un poco vulgar, soltaba esa risa tan particular que lo caracterizaba y decía “Arre caballo” mientras conducía rápido su bicicleta; le gustaba piropear a las mujeres bonitas y decía con voz pícara: “Ahí va mi palomita”…
Tenía la costumbre de eructar muy fuerte a donde llegaba, le gustaba tomar guarapo, y cuando se acababa decía: “ora si fue la quincha” Desafortunadamente falleció en un accidente y las calles de Tauramena se quedaron sin su risa, sin el andar de su caballito de acero y sin su lenguaje costumbrista.
Eleucadio, un personaje típico de Tauramena que se ganó el cariño de todos. Entre dichos y ocurrencias nos alegró los días con sus locuras…
Q.E.P.D
Lo recordaremos siempre.
El Piedemonte.